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En la previa del partido entre C.A. River Plate y Mun. Vicente López, Fe.Me.Bal. conversó con Lucila Balsas, la extremo izquierdo del conjunto de zona Norte, integrante del plantel de las Kamikazes que el pasado martes 12 de agosto se colgó la medalla de oro de The World Games en Chengdu, China, en su tercera participación consecutiva en el evento multideportivo.
La jugadora de 25 años fue electa como mejor jugadora del torneo y poco más de una semana después del histórico logro ya cambió la arena por el taraflex de La Casa del Handball para disputar el primer partido del semestre con su equipo, que este año volverá a participar del Nacional de Clubes A, luego de su última participación en 2016, donde fueron subcampeonas.
La especialista en la arena, que antes del partido sería reconocida por la Federación, se tomó unos minutos para hablar sobre el más reciente éxito del beach handball argentino.
Fe.Me.Bal.: A poco más de una semana del título, ¿cuáles son las sensaciones que tenés?, ¿qué es lo que se te pasa por la cabeza cuando te sabés campeona de The World Games?
Lucila Balsas: Ahora es tranquilidad, alivio también, el saber que tras tanto esfuerzo pudimos concretar el logro que estábamos buscando. En el momento que estás compitiendo y en el momento de la preparación uno nunca sabe si verdaderamente el sueño va a llegar, entonces ahora es disfrute puro. La verdad siento mucho amor por parte de mis allegados y también de la gente de Argentina. Así que siento felicidad por haber logrado el objetivo.
Fe.Me.Bal.: ¿Volviste a ver alguno de los partidos o el último shoot-out, o por ahora te estás tomando un descanso?
LB: Tenía pensado volver a mirar todo en el fin de semana, que estoy más tranquila, porque toda la semana estoy a full. Quería ponerme a ver todo el torneo desde cero, no sólo para disfrutarlo, sino también para corregir cosas, porque siempre soy exigente y busco crecer y mejorar; pero hasta ahora lo único que vi en loop fue el shoot-out de la final, que me parece maravilloso. No solamente por las cosas que cada una hace, sino también porque algo que me fascina mucho es ver que las más chicas tienen mucho protagonismo en eso, y la verdad que me hace sentir orgullo por el trabajo que venimos haciendo, por el legado que estamos dejando nosotras y el legado que está dejando Leti (Brunati), y me hace quedarme tranquila el saber que hay futuro en Argentina también.
Fe.Me.Bal.: Claro, se cumplen siete años de ese oro olímpico en Buenos Aires 2018, único por ahora. ¿Qué recuerdo tenés de ese proceso y cómo lo comparás en algún punto con este oro? Porque al final llegaron varias de las jugadoras de aquel equipo y otras han participado de la historia de las Kamikazes.
LB: Sí, a ver, tiene muchas semejanzas claramente. Quizás la mayor diferencia es que en aquel proceso el objetivo final era los Juegos Olímpicos y en cambio esto es como una carrera continua, entonces no es uno solo, sino muchos procesos juntos. Pero lo que predomina en ambos es esto de la unión del grupo, que es lo que siempre Leti contagia, la mentalidad ganadora a toda costa; y bueno, la sensación de volver a tocar el cielo con las manos. Pensar en lo loco de tener que vivir un proceso de siete años, pero que incluso para deportistas de otros países es más largo, para otros más corto, o a veces sucede que no llegan directamente, y es loco. Es loco mirar para atrás y ver que las cosas se dieron. Y algo que tengo en la retina es estar parada en el podio y ver nuestra bandera por encima de dos europeos, no hay nada como eso; escuchar el himno, cantarlo abrazadas, es inigualable.
Fe.Me.Bal.: Mencionás a los europeos y cuando ustedes van a estos torneos compiten contra equipos que tienen mucho más roce contra rivales de mucha jerarquía, que tienen el European Beach Tour, el campeonato europeo; mientras que acá tienen como mayor competidor casi únicamente a Brasil. ¿Cómo hacen para suplir esa diferencia contra esos rivales en torneos como estos?
LB: Creo que la mayoría de las jugadoras que están en las selecciones europeas viven del handball indoor, entonces ahí tenés otra diferencia; así que el hecho de poder prepararte en ese nivel de competencias, no solo de beach, sino también de indoor, te prepara mucho mejor para ir a competir en un torneo internacional. Y la realidad es que acá nosotras tenemos un handball cada vez más amateur, porque cada vez más chicas se están yendo a jugar afuera; pero algo muy bueno que tenemos es una larga preparación. La realidad es que los equipos europeos, como la mayoría del tiempo las jugadoras están en el indoor, tienen procesos más cortos, de dos meses, o de algunas semanas. Nosotras en cambio entrenamos todo el año, tenemos un mes de receso después de cada torneo, dependiendo de cómo venga el cronograma, pero entrenamos tres veces por semana durante todo el año, entonces eso hace mucha diferencia. Sumado a eso, Leti adquirió un montón de conocimiento, no solo técnico y táctico como entrenadora, sino algo que me llama la atención, es que hace un curso de neurociencia, para aprender cuál es la mejor forma de enseñarle a las jugadoras, o cómo hacer que a la jugadora le quede plasmado el estímulo en la cabeza. Yo más que nada lo tengo fresco porque soy especialista y lo que más me sirve a mí es la toma de decisión y el entrenamiento, y he charlado un montón sobre esto con ella y me ha servido bastante. Creo que la clave está en eso, en ir al detalle, de ir al hueso en el entrenamiento y aprovecharlo a fondo.
Lucila, que trabaja como administrativa en el rubro de la salud, administra sus días entre la jornada laboral de nueve horas, los entrenamientos de beach handball y los que tiene en su club, que sólo le coinciden los lunes. Tiene claro que la motivación es la que la empuja, y el saber que es posible lograr los objetivos; lo reafirma al mirar con los ojos brillosos la imponente medalla que sostiene en sus manos durante la charla que tiene lugar en un pasillo de La Casa del Handball.
“Es como un alivio, más que nada en los momentos en los que uno dice ‘no, estoy cansada, hoy no quiero ir, hoy no voy a rendir bien’, porque es algo que a todo el mundo le pasa, pero este tipo de cosas son las que te mantienen en foco”.
Hernán Siso ya camina hacia el vestuario, donde su equipo se prepara para el debut en el torneo Clausura, y es señal de que queda poco tiempo para charlar con Balsas, que al momento de sopesar esta nueva medalla, la ubica bien cerca del oro olímpico de Buenos Aires 2018: “La pongo a la par, más que nada por la magnitud. La de Buenos Aires 2018 va a ser única para toda la vida, pero viendo también el contexto, cómo va avanzando la vida, cómo vamos creciendo, también por en el momento de mi vida en la que me agarra, en el que estoy a full, ingresando a la vida adulta; para mí esta medalla tiene mucho mérito, así que la voy a poner a la par”.
Las Kamikazes habían llegado de manera impecable a la instancia de semifinales, habiendo evitado y superado situaciones de gol de oro, pero ganando todos los partidos sin ceder ningún set. Hasta que en semifinales, ante España, llegó la primera definición por shoot-out, una instancia que requiere nervios de acero.
Fe.Me.Bal.: Empezaron 0-9 en el segundo set y llegaron al final con posesión para ganarlo, un error de manejo las lleva al shoot-out, ¿cómo vivieron esa situación? ¿Creés que esa definición fue incluso más complicada que la de la final?
LB: Sí, pero igual yo tengo preestablecido algo de manera muy firme mentalmente, y es que la semifinal es el partido más difícil del torneo, y el más importante. Porque la final es otra cosa. La final es algo aparte, es el último del torneo, es el que jugás y después ya no queda nada. España es un gran rival que tiene muchísimas variantes, nos conocemos un montón porque hemos compartido equipo en clubes de beach, y algunas en clubes de indoor. Así que creo que ese fue el partido más complicado. Igualmente, algo que he comentado también en otras notas y con otras personas es que el equipo se mostró muy tranquilo y muy sólido a lo largo de todo el torneo. Pudimos salir de situaciones de goles de oro, o incluso evitar llegar a gol de oro en el último minuto, entonces creo que fuimos con bastante tranquilidad. Pero bueno, los errores pueden pasar; o sea, yo que ya tengo una gran experiencia en el deporte no estoy exenta de tener el tipo de errores que puede tener cualquiera de mis compañeras, tanto las más chicas como las más grandes. Lo importante es que el equipo siempre pueda sacar adelante esa situación; y además es más divertido jugar un shoot-out, para poder darle suspenso (risas).
Fe.Me.Bal.: Llegan a la final contra Alemania y también van a instancia de shoot-out. Y Fiorella (Corimberto), que ante España le había pegado en el palo, termina siendo la responsable de convertir el gol que les da el oro; un momento de redención, por así decirlo, también pensando en la final del mundial de hace un año.
LB: Yo creo que si hay algo que tenemos es que somos resilientes, perseverantes. No nos solemos quedar con el error como un peso, sino más bien lo tomamos como información, y nos gusta tomar las oportunidades de revancha. Entonces, yo, honestamente, no tenía dudas de que mis compañeras iban a dar vuelta la situación. Este es un deporte que te obliga a resetear, es la realidad, y eso es algo que Leticia reforzó, porque en verdad creo que muchas de nosotras ya tenemos ciertas cualidades natas en ese sentido, vamos para adelante y seguimos buscando; pero eso se manifiesta mucho más cuando te rodeas de gente que piensa igual y que lo vive igual. Leti lo reforzó bastante y la experiencia también te va dando esas cosas. A mí cuando era más chica me pasaba eso de perder un segundo set e ir al shoot-out con la cabeza podrida, y en realidad era pensar “no, estás acá, es una oportunidad”. Una frase que tengo tatuada en la mente, y que dice Leti todo el tiempo es “hoy estamos acá y mañana no volvemos, es ahora el momento”; y creo que eso es algo que todas nos repetimos en la cabeza al momento de tener que ejecutar una acción tan complicada como el shoot-out, creo que esa es nuestra clave.
Al ser consultada sobre su entrenadora, Balsas no escatima en elogios: “Me genera admiración total. Nosotras la cargamos y le decimos que es nuestra mamá, nuestra madre, nos ha criado en el ambiente del deporte, de selección, en competencia internacional, nos ha inculcado muchos valores desde chicas, no solamente deportivos sino para el afuera. Y algo que ella siempre recalca es que lo importante de estar en el equipo es tener buenas personas sobre todo, así que nada la adoro y la admiro un montón”.
La charla previa al partido está a punto de comenzar y Siso se asoma al pasillo para cerciorarse de que su jugadora, que ya responde a la última pregunta sobre la repercusión de este nuevo logro Kamikaze, no demorará mucho más: “Creo que va a impactar de una forma muy positiva; y también el hecho de que seamos un grupo de mujeres da un mensaje muy pesado a la sociedad, pero creo que no va a haber más que crecimiento de acá en adelante. Además, siento que ahora nosotras como equipo, e individualmente, ganamos una voz que va a ser muy importante utilizar para las generaciones futuras”.
Con la medalla bien guardada y la sonrisa que no se le borra desde que subió a lo más alto del podio en Chengdu, la MVP entra al vestuario y se prepara para un nuevo desafío, esta vez sobre el piso de La Casa del Handball.
Foto: Fe.Me.Bal. / Germán Paez